Autor: Max Lucado
Palabras del Autor: Hay que recordar que los discípulos eran personas comunes a quienes se les confió una apremiante tarea. Antes de figurar como santos en los vitrales de las catedrales, eran simplemente vecinos que trataban de ganarse la vida y criar una familia. Ni estaban hechos de fibra teológica ni se habían criado con leche sobrenatural. Pero su devoción superaba un poco sus temores y como resultado hicieron cosas extraordinarias. Los temores terrenales realmente no son temores. Responde la gran pregunta de la eternidad, y las pequeñas interrogantes de la vida tomarán su verdadera perspectiva.
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